Hija pródiga del mundo moderno, la novela policial ha retratado, desde sus orígenes, el devenir de las sociedades, primero en la novela de enigma, luego en la novela negra y así hasta llegar a los descarnados relatos urbanos contemporáneos.

En nuestro país el género se inició en 1877 –diez años antes de la aparición del genial detective británico Sherlock Holmes–, con la novela La huella del crimen, firmada por Raúl Waleis, seudónimo del jurista Luis V. Varela, perteneciente a la Generación del 80. También Paul Groussac y Víctor Juan Guillot fueron precursores de una estirpe que incluye a los ineludibles Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares –por sus cuentos y por la creación de la legendaria colección El séptimo círculo–, Rodolfo Walsh y Ricardo Piglia, entre tantos otros escritores destacados del género.

Desde el Centro de Narrativa Policial H. Bustos Domecq se intentará abordar cada una de las aristas de este recorrido a través de la realización de exposiciones, jornadas, bibliografías y ciclos de cine, en los que la producción nacional dialogará con la extranjera. También se observarán los cruces entre la literatura y otras manifestaciones artísticas.